La palabra impulsivo está formada con raíces latinas y significa, que produce movimiento, también se utiliza para enfatizar a una persona que actúa antes de pensar en las consecuencias.
La impulsividad es un rasgo de la personalidad, que se caracteriza por la reacción rápida, inesperada y desmedida, ante cualquier situación que se nos presente en el día a día.
Se trata de una condición en donde la persona no puede controlar:
Los impulsos
Las tentaciones
Los deseos que siente
Actuando sin tener en cuenta las consecuencias de sus actos.
Los seres humanos y los animales están sujetos a control conductual interno, a
través de estados motivacionales conocidos como impulsos, estos pueden ser
innatos o condicionados.
Aquellos estados pueden relacionarse con el deseo de:
Búsqueda de comida
Agua
Alimentación
Sexo
Objetos
Otros reforzadores o necesidades primarias que los seres humanos tenemos.
Estas pueden ser:
Inapropiadas para el contexto o situación
Prematuras
Planificadas
Con consecuencias adversas
Existen dos grupos de impulsividad:
La impulsividad funcional, en donde la persona tiende a actuar con poca planificación, sin embargo, en el momento que el individuo siente que la situación es óptima.
La impulsividad disfuncional, es la tendencia de tomar decisiones irreflexivas y rápidas, cuando las situaciones no lo requieren, siendo esta estrategia poco óptima y conllevando consecuencias negativas para la persona.
Tipos de impulsividad:
Deseo sexual compulsivo: Es un deseo sexual elevado en los pensamientos y comportamientos, esto pone en riesgo su propia seguridad, bienestar emocional y estigma social.
Adicción a Internet: es el uso excesivo de Internet, plataformas de redes sociales, juegos de azar o sitios pornográficos, en donde la persona actúa sin medida y es guiada por sus altos impulsivos.
Compras compulsivas: Se caracteriza por una necesidad irresistible de comprar más allá de las capacidades económicas, en estos casos la persona no necesita lo que consume sin medir si lo necesita de verdad.
Piromanía: es un impulso incontrolable por iniciar incendios, que a menudo pone en peligro la propia seguridad y la del resto de personas.
Trastorno explosivo intermitente (IED): se caracteriza por explosiones de agresión explosivas, repetidas y desproporcionadas.
Cleptomanía: es un impulso incontrolable que conduce a robar por placer.
Tricotilomanía: los pacientes experimentan una necesidad irresistible de eliminar el vello del cuero cabelludo, las cejas y las pestañas.
Entre otros.
Dimensiones de las conductas impulsivas:
Incapacidad para utilizar la información al alcance para pensar en las consecuencias de los actos.
Incapacidad para posponer una recompensa inmediata pero pequeña en pro de una recompensa mayor, aunque más tardía.
Dificultad para suprimir una respuesta motora.
Síntomas de la impulsividad:
Falta de control
Tensión
Placer al actuar
Alivio
Culpa
Bloqueo mental
¿Qué causa la impulsividad?
La causa de la impulsividad es desconocida, sin embargo, esta causa grandes trastornos, algunos enfatizan que tiene causa en:
La Genética es decir si una persona tiene antecedentes familiares de trastornos del control de impulsos enfrentan un mayor riesgo de desarrollar uno de estos padecimientos.
Factores físicos, se considera que las personas que tienen algún trastorno que dificulta el control de impulsos tienen diferencias en la estructura cerebral afectando los neurotransmisores.
Factores ambientales, el entorno juega un papel determinante en la adquisición de una conducta.
Existen factores de riesgos:
Tener algún antecedente psicológico
Los antecedentes familiares
Exposición a la violencia
Abuso de sustancias
Adicciones
Agresiones
Abusos
Abandonos
Ser joven
Entre otros
Algunos síntomas:
Agitación
Depresión
Ansiedad
Irritabilidad
Baja autoestima
Aislamiento de la familia y los amigos
Reducción del sentido de autovaloración
Episodios de desapego emocional
Falta de concetración
Entre otros
¿Cómo controlar los impulsos?
Identifica el momento y origen de los ataques de impulsividad
Revisa tus emociones: enojo, tristeza, miedo, desesperación
Date un tiempo fuera y de preparación
Crea un espacio para recapacitar y pensar en las consecuencias que traerá el comportamiento tanto positivo o negativos
Busca una actividad donde puedas descargar los impulsos y reduzca los niveles de intensidad.
Algunas recomendaciones:
Identificar cuando y como te dan los ataques de impulsividad
Revisa y gestiona tus emociones
Buscas actividades de distracción
Medita
Piensa antes de actuar
Busca diversas alternativas
Aprender a tolerar y controlar la frustración
Aprende de tus errores
Vuelve a intentarlo
Acude a terapia
Reconoce los impulsos positivos
Ahora bien, todos los impulsos no son malos.
Existen impulsos positivos.
Ante los impulsos negativos, podemos tener impulsos buenos que nos ayuden a controlar estas conductas.
Siempre debemos aprender a identificar lo que esta detrás de cada conducta que tenemos.
Detrás de la impulsividad puede haber una emoción y una necesidad, es allí donde debemos reconocer si es prioritario aquello que deseamos consumir o realizar y determinar si es un deseo irracional.
Entre la racionalidad e irracionalidad esta la capacidad de análisis y toma decisiones que todas las personas tenemos.
Podemos tomar la decisión de aquellos comportamientos, actitudes, conductas y productos que consumimos.
Cuando el ser humano actúa por sus impulsos es porque a perdido la capacidad de control de sus emociones y su criterio de elección.
El ser humano es un ser que es pensante capaz de dominar lo que se propone, no debe de dejarse llevar por la corriente de sus pensamientos y necesidades.
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