La palabra apego se utiliza para hacer referencia al afecto, devoción o estima que una persona siente y manifiesta hacia otra persona o cosa.
El origen de esta proviene de la palabra apegar dando significado a un ancla que une una cosa de la otra.
Me gusta que la palabra apego se asocia a ancla, ya que considero que puede brindar un mayor panorama, según el diccionario el ancla es un instrumento de hierro que se echa sobre el mar para sujetar una nave para que no se mueva, este término también es utilizado en la construcción definiendo una pieza que sirve para unir o reforzar una parte de una construcción. Más adelante estaré
explicando un poco de la relación que el ancla tiene en el apego.
El apego en la vida del hombre inicia desde el vientre materno, ese preciso momento donde el feto es concebido, ya que es una relación íntima que se va forjando en donde las principales necesidades de aceptación, cuidado, alimentación y amor son brindadas mientras se está en el proceso de gestación. Este mismo vínculo se sigue formando cuando ya el bebé nace, en donde los
cuidadores comienzan a alimentarlo, sacarle los gases, lo protegen de las condiciones climáticas, se levantan en las madrugadas para satisfacer las necesidades que este expresa mediante el llanto.
Múltiples estudios han demostrado que el apego es totalmente innato es decir no es una conducta que se enseña ni se aprende, es una respuesta totalmente genética.
Existen cuatro etapas del apego:
1. Etapa del pre-apego: Este se va desarrollando desde el momento que el feto es concebido hasta las primeras seis semanas de vida aproximadamente, este se forja a través de la sonrisa, lágrimas, mirada y tacto por medio de este lenguaje el bebé es capaz de responder a los estímulos transmitidos por otra persona y de esa misma manera transmiten sus necesidades, ésta etapa es esencial para la supervivencia de la criatura al salir del vientre materno.
2. Etapa de la formación del apego: Esta se da desde las seis semanas de nacido hasta los seis meses aproximadamente, en ésta ya el bebé responde los estímulos del cuidador, principalmente de la madre de una forma más clara, ya el bebé se va acostumbrando a la presencia de la madre o cuidador y cuando este pierde por un instante la atención brindada le provoca enfado (expresado por medio del llanto), ya que están acostumbrado a tener dicha presencia.
3. Etapa del apego establecido: Esta tiene participación desde los seis hasta los 24 meses aproximadamente, ya en ésta etapa el vínculo afectivo del bebé para con la madre o cuidador está establecido de forma clara, por lo que él bebe suele manifestar gran ansiedad y molestia cuando ella no está, el bebé comienza a manifestar rechazo hacia otras personas porque la única figura que desea tener es la del cuidador, la criatura comenzará hacer pequeñas acciones que llamen la atención de su madre o cuidador, para que este le atienda.
4. Etapa de formación de relaciones: Comienza desde los 18 a 24 meses aproximadamente, en esta comienza la aparición del lenguaje y la capacidad de representar a la madre o cuidador, lo cual permite que el niño empieza a establecer vínculos y comprendiendo que la madre o cuidador está ausente por un momento, pero regresará pronto.
Estas cuatro etapas arraigan distintos tipos de apegos que se pueden manifestar en la vida del individuo:
1. Apego seguro: El resultado de este apego es que los niños ven a los cuidadores como fuente segura, donde pueden acudir en busca de ellos cuando experimentan alguna emoción difícil lo cual les crea un estado de tranquilidad y quietud. Si el apego fue seguro en la vida del niño cuando es adulto tiene mayores probabilidades para desarrollar relaciones sanas con los que lo rodean.
2. Apego preocupado o inseguro: En este tipo de apego los niños sienten que deben estar con los cuidadores para que sus necesidades sean saciadas, se sienten molestos cuando ellos no están, sin embargo, encuentran tranquilidad cuando regresan, los niños que experimentan este tipo apego tienen cierta carencia de amor o afecto ya que los cuidadores están ocupados en satisfacer sus propias necesidades y no la de ellos, esto va a producir que en la vida adulta que el individuo tenga un vínculo inconstante e inseguro con otras personas.
3. Apego temeroso o evitativo: En este tipo de apego los niños intentan buscar comodidad, protección, seguridad y confianza, pero no la encuentran, lo cual va a llevar al niño hacer autosuficiente para satisfacer sus necesidades, cuando estos se convierten en adultos pueden llegar a preferir estar solos e incomodarse con las relaciones interpersonales, ya que los consideran poco necesarios en su vida.
4. Apego desorganizado: Los niños que están expuestos a relacionarse y formarse con personas amenazantes (hábitos incorrectos establecidos por las reglas de convivencia social) pueden llevarlos a desarrollar conductas negativas contrarios a establecidos por la sociedad, las cuales permanecerán durante la vida adulta.
Explicando esto podemos comprender que el apego es un ancla que está presente en la vida de todas las personas desde que nacemos hasta que morimos.
En esta parte de este escrito quiero explicarte un poco de anclados al apego. Ciertamente habrás escuchado decir en diversas ocasiones que los primeros años de vida y las primeras experiencias juegan un papel esencial en la formación de la personalidad de un individuo y sí quiero comentarte que ¡sí juega un papel muy esencial! Ya que, dependiendo del desarrollo y la formación del apego emocionales de las diversas etapas de la vida, los individuos adquirimos ciertas conductas y comportamientos que pueden ser positivos como negativos.
Algunas áreas y escenarios de la vida donde podemos estar anclados son:
• Familiares
• Amigos
• Bienes
• Prestigios
• A nosotros mismos
• Al pasado
• Al presente
• Entre otras cosas.
El apego es algo que puede llegar a ser obsesivo, el hombre siempre va a buscar satisfacer la necesidad de seguridad y protección de una u otra manera. En ciertas ocasiones tiende a ser una de las principales causas del sufrimiento humano, esto lo mencioné en el articulo “duelo por una pérdida valiosa” las personas estamos preparadas para recibir, sin embargo, no nos preparamos para soltar.
Una característica peculiar del individuo es la acción de acumular o almacenar (dinero, propiedades, poder, elogio, personas entre otras) y siempre pasa por la mente preguntas como: ¿Qué hago para tenerlo? ¿Cómo puedo alcanzarlo? ¿Cómo lo conservo?. Creemos que mientras mayormente estamos apegados a estas cosas mejor estamos, mejor nos sentimos, más felices o completos somos, pero la realidad es que tener estas cosas no es sinónimo de bienestar ni seguridad es más podría ser un ancla que puede destruir o causar un malestar en la vida cotidiana, porque el individuo en realidad está buscando satisfacer una carencia dentro de sí mismo, en un objeto o persona que no es responsable y quizás ni esté capacitado para dicha función.
Nuestras emociones salen a flote cuando estamos apegados a determinadas cosas y esto puede producir sentimientos y comportamientos que no comprendamos ni percibamos.
Algunas de estas son:
1. Inseguridad y necesidad de cuidado: Las personas con este tipo de rasgo necesitan que de forma continua alguien lo éste sobreprotegiendo, ya que se consideran indefensos y desprotegidos ante el entorno.
2. Miedo al abandono: Las personas prefieren estar apegados a un vínculo relacional, aunque este no cumpla con las necesidades de seguridad, por la razón de no querer ser rechazados y estar solos.
3. Problemas de autoconcepto e identidad: Estas personas no son capaces de ver algo positivo en ellas, están buscando de forma constante alguien los estimule diciendo que su compañía les agrada, ya esto les hace sentirse bien con ellos mismos.
4. Autosuficiencia: Este tipo de personas creen que no necesitan a nadie para resolver una determinada situación o alcanzar algún objeto porque consideran que con ellos basta.
5. Conductas disociales o conducta delictiva: Debido a las influencias amenazantes que se puedan presentar en los tipos de apegos y estos no sean resueltas, un individuo podría llegar a practicar conductas que vayan en contra de la sociedad.
6. Aislamiento: Algunas personas tienden a mantenerse alejadas de otros para protegerse de conductas que puedan causar algún tipo de vulnerabilidad.
Estas y otras conductas que no he mencionado tienden a causar un desgaste emocional en las personas cuando no se han anclado bajo el apego seguro.
Recomendaciones para desanclarse del apego:
1. Toma momentos para estar solo: Considero que es una de las más importantes, aprender a estar solo contigo y disfrutar de ti sin exceso te ayudará a conocerte mejor.
2. Aprende a diferenciar que es tener algo y ser tú: En un mundo donde las personas se miden por lo que tienen o logra, incentiva a las personas a querer acumular para encajar, por decir alguna manera, debemos aprender a diferenciar que ser YO no se basa por lo que tengo u obtengo.
3. No confundir amor con la necesidad de ser amado: Una cosa es que la persona que nos rodean sientan un tipo de afecto hacia nosotros y otra es, que idealizamos que nos aman para mantener vínculos con otras personas.
4. Diferenciar aquello que somos y lo que deseamos ser: En ciertas ocasiones el ser humano es de una forma, pero idealiza ser de otra lo cual nos puede llevar apegarnos a cosas o personas que realmente no necesitamos en nosotros provocando grandes inseguridades.
5. Sé tú mismo: Sé espontáneo! al intentar no ser nosotros mismos seguramente nos apegamos a grupos, personas costumbres para escondernos detrás de aquello que no somos,pero idealizamos.
6. Trabaja en tu autoestima y autoconcepto: la única manera que podemos desanclarnos del apego emocional, es trabajando en nosotros mismos para forjar una identidad positiva y aceptable ante nosotros mismos.
7. Libera tu mente de limitaciones y excusas: Una de las anclas más establecidas en la mente del hombre es su propia conciencia, si no eliminamos los pensamientos negativos y destructivos difícilmente podremos reponernos.
Sobre todo, recuerda lo ideal lo estableces tú, en la sociedad existen muchos ideales que nos tientan a ir tras ellos, pero el límite lo pones tú, si te enfocas en buscar lo que es aparentemente aceptable o seguro para los demás, no es una garantía que estés siendo feliz o que te estés desanclando de la sombra de aquello, que en su momento no fue seguro para ti.
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