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Relato de una lucha contra el suicidio

Actualizado: 10 sept


Hola a todos, gracias por estar una vez más por acá, el relato que leerán, es una experiencia de la vida real, expresado por una de nuestras consultantes.


Septiembre es el mes de la prevención del suicidio y decidimos crear este espacio, en donde podrán presenciar un testimonio real, de una persona que puedo hacerle frente.


¡Iniciameos!


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Muchos piensan que las luchas mentales son simplemente una forma de llamar la atención o molestar a las personas que nos rodean, pero la verdad es que va mucho más allá.


Desde, inicios del 2020 al llegar la pandemia vinieron las clases virtuales, desde ése momento sabía que venía un gran cambio para mí vida, pero no sabía que iba a tener un cambio tan radical.


Siempre he ido a la iglesia, por lo que siempre he tenido el pensamiento que todo es espiritual.


A mediados del 2020, comenzé a sentir el sentimiento de culpa, venía el pensamiento a mi mente diciendome: "No podré pasar el año escolar" y aquellos sentimientos y pensamientos, yo los ignoraba, hasta que llegué a un punto en que me rompí, porque ya no podía ignorar más todos aquellos sentimientos reprimidos.


Por lo que, dejé de:

  • Entrar a las clases

  • Dejé de comer

  • Dormía más.


De esta manejera, me sentía de alguna forma en paz, un lugar dónde nadie me podría juzgar, ni molestar, pero que en realidad me estaba haciendo daño a mi misma sin darme cuenta.

Al pasar los meses, sentía de que ya no tenía valor en mi hogar, venían pensamientos como:


  • En vez de ayudar a mis padres, ¿para que seguir existiendo, si les doy más cargas, para que seguir pensando en excusas en mi mente y corazón para no tener esos pensamientos de que no tengo a nadie?


La verdad, es que era una lucha entre querer hacerlo o no, por una parte estaba el pensamiento, que era una salida y por otro lado estaba el pensamiento que iba a lastimar más a mí familia y que era pecado. 
Era una lucha constante entre mis valores.

Así que, comencé poco a poco, con tantos pensamientos encontrados, sin darme cuenta, un día casi me voy de esté mundo y la verdad es que tuve miedo, porque a pesar de que tenía una lucha, aún seguía ese pensamiento de que no tenía que hacerlo.


A partir de ese día, los intentos aumetaron, como una respuesta a mi temor, comencé a ver alucinaciones, que en verdad se veían tan real. "Me decía: que no había que temer, que lo hiciera, que es mejor un momento de sufrimiento, que una vida entera maldiciendo a mí familia, cada noche con esa voz hablandome, era una tortura, de tanto llorar se me iban las lágrimas y así crecieron más los intentos"


Llegué a un punto, en el que me dije: ¿Por qué tanto pensar si cuándo te vayas ellos sólo van a llorar por un momento?


Cuando estamos tan vulnerables simplemente ignoramos las voces de ayuda y simplemente lo hacemos inconscientemente, sientes que están jugando con tus pensamientos, con tU sentir, con lo que tú eres.

Cada día era una tortura, mis padres diciendome: "que porque siempre era así, que yo no era así" y la verdad es que no podía responder, porque simplemente no sabía, no sabía ¿quién era desde un principio, la niña sonriente de siempre?, ya no sé quién es, la niña que siempre sacaba buenas calificaciones. Tal vez era para impresionarlos nadamás, no sé que hacía antes para ser feliz, toda mi vida era basado en los que mis padres me decían…


Desde chiquita he danzado, pero hasta eso era un infierno, sentía que tenía que sobresalir para que mi madre me viera, la veía felicitar a las otras y a mi me decía “hasta que al fin te sale” y al principio ignoraba eso, pero ya con los pensamientos que tenía, ya era un golpe de realidad. Me preguntaba: ¿Qué tenía hacer? ¿Cuál es mi rol?


Los pensamientos me torturaban y la única persona que sentía que me comprendía, se había ido… mi abuelo, pero ¿Qué pasa si ese día te fuiste sin despedirte de él y al regresar ya no está?, comienzan las preguntas: ¿Tal vez si no me hubiera ido, tal vez si no estuviera tan metida en el exámen?, pero no podía desahogarme como es debido, tenía a mis primos que también lloraban y buscaban consuelo en mí. Simplemente buscan en mi algo y luego me olvidan, ese era mi pensar.


Luego de eso, vino el sentimiento de que la culpa, que era culpa de todos, por su culpa estaba así y con ese sentir llegué al consultorio de la licenciada Blake.

Al principio, me dije que porque estaba ahí, si la culpa era mi madre, y poco a poco comencé a conocerme más, pero sentía que porque tratar conmigo, si era culpa de todo lo demás. ¿Para que hacer las tareas si al final no iba a cambiar nada en mí?


Pero al pasar el tiempo, entendí que todo lo que estaba pasando era un llamado de auxilio de mí misma. En este momento siento que si no hubiera pasado por esto, capaz nunca hubiera conocido una parte de mí.

Nuestro cuerpo y alma buscan la manera en que despertamos de ese pensamiento de estar atados a las ideas de los demás, quieren que seamos capaces de crecer por nuestra cuenta y muchas veces estamos tan reprimidos o cómodos con lo que somos, que de manera inconciente buscan una manera tan radical de que despertemos.


Cada vez, que me miro al espejo, veo un milagro y una persona tan fuerte que ha podido sobrevivir a esto. El suicidio es una lucha de todos los días contigo mismo.


Lucha entre lo que vas hacer con lo que eres por los demás, a veces hay que dejar el miedo del que dirán y ser felices con lo que te apasiona, reír con lo que te a ti te parece divertido.

Poder decir que he salido de esto, no es estan fácil de decir, porque creo que es un trabajo día tras día.


Esto es un trabajo de resistencia y no por velocidad, cada persona lo puede lograr, pero en su tiempo, muchas veces nos guiamos por los logros de las personas, pero no sabemos el tiempo y proceso que le ha tomado para lograrlo.


El ser humano es hermoso, por su capacidad de sobrevivir, pero también por su capacidad de buscar ayuda.

Algo que he aprendido, es a no tener vergüenza y buscar ayuda, dejarse ayudar es la clave para poder salir adelante.


Este mes, de verdad que es para darnos un aplauso a cada uno de nosotros que sabemos que no fue fácil y que no es fácil aún, pero que con la ayuda correcta y el amor propio que nos tenemos, ¡podemos salir adelante!

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